Hijo, he ahí a tu madre!
Qué habrá pensado el apóstol Juan cuando Jesús desde la cruz le dice: hijo he ahí a tu madre? La pregunta porque que tenía una madre ya, y no necesitaba otra, de seguro que el encargo de Jesús le fue retador.
Es lo que se puede pensar, mas la Biblia dice que desde ese día la recibió en su casa. Así siguió demostrando su condición de hermano amoroso; como lo fuera con Jesús. Y esta es la clave de la palabra que escribiera en 1 Juan 2.9: " El que dice que anda en luz y, aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.
Los hermanos de mucha ciencia tienden a aislarse de las opiniones comunes y ser en exceso precavidos a la hora de comprometerse de corazón con las encomiendas de Dios, con las opiniones de los demás, o con la empatía a la hora de ayudar a sus hermanos. Pareciendo así más incrédulos que creyentes.
De seguro el apóstol se encontró de frente con la idea, si amé al hijo, y el hijo me pide que ame a la madre como un hijo: debo ser obediente a la encomienda de mi maestro.
Y es que Dios toma en cuenta tu actitud para con el grupo, independientemente de la fé que tienes. Tu relación con Dios no te la puede quitar nadie, mas tu receptividad para con los que te son familiares, cubre multitud de pecados.
El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas.
Proverbios 10:12

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