Algo no está bien, si tu servicio frustra tu liderazgo!
Todos queremos que nos tomen en cuenta, yo de niño quería que me incluyeran hasta en los planes de limpieza. Pero eso era cuando yo no tenía nada que hacer: cuando era con compromiso o condiciones ya no quise! Así pasa a algunos líderes, pero cuando se ven implicados en el tu a tu con las ovejas que Jesucristo les dió a cuidar, piensan que les faltarán el respeto por estar de igual a igual.
Esto lo hacen contrario a él modelo de Cristo que, ni siquiera se desahogo desde la cruz diciéndole a Juan que eso lo hacía por el. Eso por qué? Porque si lo hacía, esa iba a ser su recompensa: Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, Mateo 6:1-3.
Hay reconocimientos que, llegará un momento que no se podrán ocultar ni negar, es ahí donde la percepción de ti mismo que tú guardas en tu corazón será evidencia para el tribunal de Cristo de si tú le dabas la gloria a Dios de lo que habías logrado o no.
Si hubo algo que Jesucristo dejó muy claro mientras anduvo como hombre en esta Tierra, es que él estaba entre nosotros como el que servía: su nacimiento fue modesto y su muerte coronó la vida de un hombre manso y humilde de corazón que vivió. No tomó gloria para el, sino que más bien no quería que su fama corriera. Y debemos tener claro que, aunque querramos que la palabra de Dios corra y sea glorificada, no somos más que siervos inútiles, que la gloria debemos dársela a Dios sin formalismos, como es la ayuda que el siempre da.
Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.
Lucas 22:25-27

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