Hablar o actuar, cuál es más importante?
Para el ladrón de la cruz hablar fue más importante que todos sus malos o buenos actos anteriores; para el joven rico el decir que guardaba la ley y los profetas no fue suficiente.
Hay expresiones, y hay expresiones! Unas dicen más que otras, unas son más importantes que otras por el momento por el cómo o el cuándo, o el por qué. Si tu corazón no está con lo que haces o dices que haces, puedes salir reprobado delante de Dios.
Hay una parábola que lo explica muy bien. En esta parábola de Jesús, un padre tenía dos hijos y se acercó a pedirle a uno que fuera a su viña a trabajarla: este se negó, pero luego se arrepintió y fue.
Al otro le dijo, y este dió una repuesta positiva al padre pero, al final no fue. Según la relación que tenemos con nuestros conocidos sabemos cuando algo es importante, y cuando no. Sabes tú cuando algo es importante para Dios?
Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, vé hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle. Mateo 21:28-32

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