Valorate!
Para nosotros, puede ser muy fácil despertar en la mañana, hacer las cosas que normalmente hacemos, y no reparar en que no todo el mundo puede hacerlo con la habilidad que ahora lo hacemos nosotros.
Al principio de nuestra vida necesitamos que nos enseñen y nos guíen. No todos tienen los maestros que tú tienes; algunos carecen de ellos: desde el principio o la mitad al de su niñez. Otros lo pierden en su juventud.
Luego de la niñez, crecemos y usamos las habilidades aprendidas siguiendo el camino bueno o el malo. Dejamos de ser dependientes, siguiendo las bajas pasiones: como la mayoría; o llegando a pensar que merecemos todo lo bueno que tiene la vida: sin pensar que nos espera la vejez, en la que tendremos que ser guiados de nuevo.
El Predicador Salomón dice en su predica a los que cuentan con el tesoro de la juventud, que disfrutemos y curiosiemos, pero sin olvidar que de todo vamos a dar cuenta al Señor: Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Eclesiastés 11:9.
Aunque el sistema de pecado intenta convencernos (cuando tenemos lo básico dominado) de que la vida es una bobería, pensar así es necedad y falta de conciencia. Buscar el Reino de los cielos y su justicia es aprovechar aquí y guardar para la eternidad, No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Mateo 6:19-20

Comentarios
Publicar un comentario