Imitando el ejemplo correcto

 


La Biblia está llena de ejemplos de hombres de Dios y hombres apartados de Dios, de hombres que tomaron buenas decisiones y hombres que tomaron malas decisiones. Está diversidad (que no oculta los errores de destacados hombres de Dios) que pudiera no ser tan variada definitivamente tiene su moraleja, la pregunta es cuál es?

Jesús hombre nos revela algo esencial para cualquier ser humano: Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Marcos 10:18. Diciendo esto nos lleva a entender que nuestro estandarte como seres humanos debe ser más sublime que cualquier tangible que el mismo Dios nos haya provisto.

Siendo Cristo el mayor tangible que Dios había provisto en ese momento, el revela que la imperfección de lo terrenal de lo cual el estaba siendo participe, pues era hombre y Dios. Además dice: Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Juan 16:7-14.

Con todas esas verdades queda bien claro la distancia que hay entre lo físico y lo espiritual, que ninguna imagen, escultura o persona fisica tiene capacidad para representar a Dios entre los hombres que Dios Espíritu.

Frases como: Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Mateo 26:41. El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Juan 6:63. Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Efesios 5:1.

En vasijas de barro tenemos al Espíritu de la Verdad: no podemos desperdiciarlo por nada de esta tierra!

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