Me arrinconó Jehová!
Uno aprende las reglas de la vida, y en qué cosas uno flaquea, cuales son tus fortalezas y decide entonces que camino escoger, en el que estás más comodo. Emocionalmente es igual! Pero para sacar lo mejor de ti hay que descubrir quién eres en verdad, quién eres espiritualmente.
El llamado de Dios viene acompañado de presión; por qué? Lo que sucede es que Dios busca tu corazón no tus modales, pues con los modales aparenta que hay neutralidad, mas cuando eres arrinconado por Jehová sale lo que tienes dentro de tu corazón.
Un caso muy ilustrativo para esto es el llamado de Gedeón: Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. Jueces 6:13.
Si nos fijamos, así como pasó con Moisés, Dios supo aprovechar el momento oportuno para que saliera de sus corazones una foto de su realidad espiritual que quizás ellos habían querido ocultar por medio de los modales: Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Hechos 5:1-2.
Cuando el hombre no esconde su corazón de Dios y le deja una abertura, contrario a lo que hicieron Ananías y Zafira, Dios lo conocerá como conoció a Gedeón y Moisés. Y te arrinconara Dios y en ves de tu imaginar que conoces a Dios serás conocido por el en el momento de la presión del llamado.
En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo. Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él. 1 Corintios 8:1-3.

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