La discreción te cuidará.
Como he dicho en publicaciones pasadas, ser discreto es manejarse entre la prudencia y la sensatez. El prudente es medido en sus acciones y palabras mientras que el sensato valora lo que es correcto por encima de las consecuencias. Ejemplo claro es el de Cristo: no habló de su muerte más que a sus discípulos (prudencia), mas cuando se acercó la hora de morir y cumplir su propósito fue sensato y lo enfrentó (sensatez). Identificamos la discreción que tuvo Cristo en la ayuda que pidió al Padre en oración: sabiendo que era una tarea muy díficil. Esperar el momento oportuno para decir algo, es ser discreto; saber a quién decirlo lo es también. La Biblia nos pone como ejemplo de indiscreción a Sansón: Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres. Jueces 16:17. Igualmente vemos en el Rey Ezequías ot...